Juan Pablo Llano nos cuenta sobre el maravilloso desafío de ser papá de Violeta y Matías

Y sí, he sido un hombre con mucho carácter, disciplina y determinación y como muchos, estoy lleno de retos y sueños, entre ellos ser papá.
Sin embargo, para ser papá no basta con querer, siempre supe que debía encontrar la mamá que como yo tuviera los mismos sueños de vida y que fuera una mujer capaz de caminar conmigo de la mano y entendiera que soy tan madre como ella y tan papá como pocos.

Una vez llegó el momento, nacieron mis dos hijos Violeta y Matías, y sin duda este ha sido 'el desafío' de mi vida: EDUCAR a dos seres maravillosos que me dicen papá. Así que mi mejor manera es ser ejemplo para ellos.
Empecé este camino de la paternidad y tengo la satisfacción de ser para ellos el mejor papá del mundo.

Cuando nació Violeta decidí que mi rol de papá tenía que trascender y no simplemente dar dinero y llegar a casa a que me contaran como había estado todo, yo quería ser parte activa de sus vidas, y lo soy, lo único que me faltó fue amamantar.
Estuve en los partos de ambos, corté los cordones umbilicales, cambié pañales, los bañé, me desperté en la madrugada a prepararles su tetero o tan solo a cargarlos, fui a las guarderías, a las reuniones, y aún lo hago, estoy siempre CONECTADO con ellos, con sus clases extraescolares, haciéndoles la comida para su loncheras, 'arrunchándolos' a ver películas y dejándome consentir.

Siempre estoy ahí dándolo todo y aunque sé que no soy perfecto y seguro muchas cosas me faltan, sé que lo hago en plenitud y lo disfruto mucho.
De hecho, Viole aún me pide que la peine y Matías quiere seguir mis rutinas de vida.
Disfrutarse ser Papá es mi consejo número uno. ¡Créeme! puedes lograrlo si de verdad entiendes que para ser papá hay que creerse el cuento, disfrutarlo y por supuesto, tener un poco de mamá.